Doulas: un aliento de amor para el nacimiento más humano

“Doula” es un término griego que describe una mujer que sirve a otra mujer. Esta palabra se ha extendido mundialmente para describir a una mujer que acompaña a otra, en el proceso de embarazo, parto-nacimiento y crianza. No se trata de una figura sanitaria sino de un apoyo y un acompañamiento personal a la preparación física y emocional.


Ancestralmente la mujer primitiva que vivía en tribu, lo hacía conectada con su cuerpo y su capacidad creadora.
Al llegar a la madurez habría convivido con los embarazos, partos y crianzas de las otras mujeres adultas de su comunidad, quienes además la sostendrían y acompañarían en su propia experiencia.

La doula durante el embarazo
Hoy en día la situación es muy distinta: las parejas viven aisladas de otros núcleos familiares y en muchos casos el primer contacto de la mujer con la fuerza creadora femenina, es su propio embarazo. Es entonces cuando los miedos, las inseguridades, el estrés y la necesidad de control, hacen a la mujer “abandonarse” en manos de profesionales.
Y ya está, se esconden de golpe aquellas sensaciones y la mujer puede seguir con su vida y tener un embarazo sin casi enterarse... hasta más o menos la semana 40 en la que el bebé ha de salir, y se despiertan el miedo al dolor y a lo desconocido.
Si todo va bien, en un par de días la mamá se encuentra en casa sin saber qué hacer con un bebé al que no conoce. En el caso del bebé esta situación es vivida aún con más dramatismo como diversos estudios como los descritos por el Dr. Thomas Verny y John Kelly han demostrado (Lectura relacionada: “La vida secreta del niño antes de nacer”).
El papel de la doula es el de recuperar aquel sostén entre mujeres, rescatar la sabiduría ancestral que cada una de nosotras tiene, favorecer desde el nido-útero el vínculo mamá-bebé y en su caso papá-bebé, y siempre, siempre acompañar a la futura mamá en su propio proceso.
De esta manera el embarazo se vuelve más consciente, en el pleno sentido de esta palabra, el bebé se siente unido a su madre física y emocionalmente, está seguro, protegido y bienvenido. Y esas sensaciones del bebé intrauterino empiezan ya a formar la personalidad del adulto que llegará a ser.
Según los estudios del Dr. Verny, experto y conferenciante de la vida intrauterina, queda en evidencia que los estímulos sensoriales y emocionales que percibe el bebé, al menos a partir del sexto mes de gestación, influyen decisivamente en los gustos y la personalidad del futuro niño.

La doula y el parto-nacimiento
Igualmente decisivo es el momento del nacimiento-parto. ¿Cómo va a ser recibido ese bebé? ¿Pasará de su cálido nido-útero a los cálidos brazos y pechos de su madre? ¿Podrá sentir sus latidos, tan familiares para él, sonando emocionados? ¿Serán los ojos de su madre los primeros que vea, su piel la primera que huela, su voz lo primero que oiga? Y si fuera así, ¿qué más podría pedir?
Realmente ambos podrían disfrutar del momento más intenso, inmenso y feliz de sus vidas. Este es un buen comienzo para una vida llena de amor.
Dice el gran Michel Odent, cirujano, obstetra e investigador del nacimiento y cuanto le rodea: “Si queremos cambiar el mundo, comencemos por cambiar cómo llegamos a él”. Y es que, parafraseando al Dr. Odent, la forma en que nacemos, nos afecta toda la vida.
Esos primeros estímulos marcarán en el bebé su forma de relacionarse con el mundo y por tanto, un nacimiento rodeado de amor hará de él mejor persona. (Lecturas relacionadas: “El bebé es un mamífero” y “La cientificación del amor”)
Sin embargo en nuestra sociedad esta situación tan natural está hoy por hoy dificultada por el alto grado de intervencionismo que rodea el embarazo y el parto-nacimiento.
Empezando por la anestesia epidural que impide a la mamá el libre movimiento, que hace necesario el uso de oxitocina sintética, que obliga a la mamá a parir tumbada y finalmente favorece la necesidad del uso de fórceps, ventosas y/o cesárea.
España ha sido duramente criticada por la Organización Mundial de la Salud por superar con creces los porcentajes de partos instrumentados y cesáreas recomendados por dicha organización. Pero no hemos de culpar de ello al sistema sanitario sin mirar en nosotras mismas. ¿Qué hace el sistema sino responder a la demanda de mujeres que se han aabandonado” en sus manos?
Muy distinta es la situación cuando la medicina y los adelantos técnicos están al servicio de una díada mamá-bebé que controla su proceso, y que cuenta con ellos en caso de emergencia.
Y para llegar a esta situación, la doula juega su papel de información, asesoramiento, sostén y mucho respeto. Así funciona en otros países de Europa, en las Casas de Parto de Europa y España, y afortunadamente tienden a ello cada vez más equipos sanitarios en distintos centros españoles.
El trabajo con una doula durante el embarazo y el parto ha demostrado tener una larga lista de beneficios, por supuesto emocionales pero también prácticos: el tiempo de trabajo de parto disminuye en un 25%, la necesidad de uso de instrumentos disminuye en un 40%, la cesárea en un 50%, y además se reduce notablemente la incidencia de la llamada depresión posparto.

La doula y la crianza
Facilitar la intimidad de la díada mamábebé, el buen inicio de la lactancia materna, la crianza con amor y apego,... y continuar con las palabras clave de la doula: facilitar, acompañar y sostener.
En los primeros días después del parto, la gran mayoría de las mujeres tienen inseguridades relacionadas con la lactancia, a las que no en pocas ocasiones se suman las temidas grietas con el consecuente dolor añadido. La doula suple entonces a aquella otra mujer de la tribu que con mucho amor pone su experiencia y recursos a disposición de la mamá, evitando los miedos y despertando en la mujer la seguridad y confianza en su innata capacidad de criar-amar.
Después de esos primeros días de adaptación y de “aterrizaje” la mujer puede beneficiarse del apoyo de los diversos grupos de crianza y lactancia que funcionan en toda la geografía española. Estos grupos son de gran ayuda para resolver dudas, compartir conocimientos e inquietudes, liberar emociones,....
No existe actualmente una titulación oficial de doula, pero existe en España una red de doulas en continua formación, que se apoya y sostiene, y cuenta con la colaboración de grandes profesionales de la salud comprometidos con el nacimiento: obstetras, matronas, psicólogas, pediatras,...
Cada vez más profesionales conocen, y se implican y comprometen, con las bondades de rodear el embarazo y el nacimiento del halo de amor que les corresponde.
“El amor puso al bebé allí dentro, el amor lo sacará”●

Anna Carnes
Centro Sannas
www.sannasalud.com

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